A LOS 84 AÑOS MURIÓ ANTONIO GASALLA

La noticia fue confirmada por el productor teatral Carlos Rottemberg a través de sus redes sociales. Profundo dolor en la comunidad artística

La abuela fue uno de los personajes más queridos por el público de Gasalla

El actor y capocómico Antonio Gasalla falleció este martes a los 84 años. En los últimos años, padecía una demencia senil progresiva, enfermedad que deterioró significativamente su estado cognitivo y motriz, llevándolo a ser institucionalizado en un centro de rehabilitación.

El empresario teatral Carlos Rottemberg confirmó la noticia de su fallecimiento. Su hermano Carlos Gasalla había informado días atrás que el actor había sido hospitalizado de urgencia por un cuadro respiratorio, recibiendo tratamiento con antibióticos en terapia intensiva del Sanatorio Otamendi. 

Se encontraba internado desde el 4 de marzo debido a complicaciones respiratorias, pero fue dado de alta la semana pasada. 

Desde 2020, su estado de salud se encontraba en deterioro. La progresión de su enfermedad afectó su memoria al punto de no reconocer a personas de su entorno ni recordar sus propias obras. "Se le pone en el canal Volver sus programas y él no los conoce", explicó su hermano en junio del año pasado.

El humorista pasó sus últimos tiempos en un centro de rehabilitación, lejos de los escenarios que alguna vez dominó con una presencia inigualable. Su hermano Carlos Gasalla, quien lo acompañó hasta el final, había confirmado el diagnóstico: “Quiero ser claro: tiene demencia senil. Es una enfermedad que va a seguir avanzando. Antonio no tiene conocimiento ninguno, no habla”.

Para millones de argentinos, Gasalla no era solo un actor. Era el hombre que, con una peluca y una carcajada forzada, se convertía en Mamá Cora, la abuela desquiciada de Esperando la carroza (1985), inmortalizando frases que hoy son parte del ADN cultural del país. Fue también La Empleada Pública, esa mujer resignada que enfrentaba la burocracia con una mezcla de ironía y hartazgo. Soledad Solari, la diva decadenteLa Abuela, que en los años 90 y 2000 enloquecía a los invitados en los programas de Susana Giménez con preguntas incómodas y comentarios filosos.

Gasalla tenía un don. Su humor era un bisturí afilado, capaz de diseccionar la hipocresía con precisión quirúrgica. Nunca necesitó recurrir a lo fácil, a lo burdo. Hacía reír y, al mismo tiempo, obligaba a pensar.