Rugby: un mundo en tensión por el machismo efervescente

Sociólogo y periodista, Pablo de Biase traza una serie de conceptos en relación con el mundo masculino del rugby, sus odios y sus manifestaciones violentas.

Foto - Gentileza


El rugby pregona valores muchas veces desde una altura moral por encima del resto de los deportes y la sociedad, sin embargo a lo largo de la historia los comportamientos de algunos de sus miembros fuera de las canchas mostraron que no escapan a la lógica machista y que en casos como el de Pablo Matera, capitán de Los Pumas, y otros compañeros, se les suma el odio de clase, el racismo y la xenofobia.

Alcanza con no irse tan lejos en el pasado, apenas cinco años atrás, cuando Matera, quien también lleva la cinta en el Stade de France, se tomó a golpes de puño en un salón bailable de Pilar.

Aquella vez, a diferencia de ahora con la reaparición de viejos tuits racistas, xenófobos y machistas, en los que se burlaba del personal que trabajaba en la casa de su padre y madre y de los "negros" en Sudáfrica, el capitán recibió una sanción de tres partidos con Jaguares, la franquicia de la Unión Argentina de Rugby (UAR).

Acerca de este fenómeno, el sociólogo, periodista y docente, Pablo De Biase, remarcó que el rugby muestra una "vieja cultura de la masculinidad" y también refleja a la clase media y acomodada que se posiciona más "cercana a la baja que a la alta para tratar de diferenciarse de los que consideran 'villeros'".

"No me sorprenden sus comportamientos. El rugby es de élites, a diferencia de la aristocracia que integra el polo, y está más cerca a las clases que detesta de lo que sus mismos integrantes perciben. Necesitan educación, como muchos deportistas de otras disciplinas en las que vemos violencia machista, e incluso debiera considerarse como arma el propio cuerpo de un rugbier, tal como sucede con los boxeadores", opinó el sociólogo.

De Biase dejó en claro que "todo el revuelo" se originó por la falta de homenaje a Diego Maradona durante la derrota contra los All Blacks (38-0), el sábado pasado. "Si Matera y el resto aparecían con una camiseta de Diego, nadie buscaba los tuits. Y si ganaban, menos. El problema pasa por otro lado, más que por expresiones pésimas de hace casi una década", explicó en diálogo con Télam.